El arte prosigue en el interior, con una colección única de cerámicas de Picasso y pinturas de Miró, Morandi, De Chirico; dos plantas completas del hotel han sido pensadas y diseñadas por Richard Meier, con habitaciones y suites que llevan su firma inconfundible en cada detalle: en ellas, la madera de roble y las terminaciones de cuero se alternan con el mármol de Carrara, el espléndido amarillo de Siena, el negro de Portoro, el travertino Navona en una obra maestra de la arquitectura contemporánea.
La precisión, el confort y el bienestar forman parte de la esencia misma de la filosofía del Raphael, y se aprecian en todo momento: al pasear entre los muebles de anticuario y los objetos de arte; en las habitaciones y en las suites donde el estilo es soberano; en una pausa de exquisito gusto en el restaurante de la terraza, con la memorable vista de Roma, donde los sabores de la cocina mediterránea se unen a las sugestivas esencias francesa e internacional.